La psoriasis es una enfermedad autoinmune crónica que afecta la piel y provoca inflamación y rápida acumulación de células cutáneas. Esto produce manchas escamosas que pican (a menudo en los codos, las rodillas, el cuero cabelludo y los pies), pero pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo.
¿Qué causa la psoriasis?
La causa exacta aún no está clara, pero la genética y la disfunción del sistema inmunológico desempeñan un papel clave. La psoriasis no es contagiosa. Se desarrolla cuando el sistema inmunológico ataca por error a las células sanas de la piel, acelerando su ciclo de crecimiento. Esto da como resultado las características lesiones gruesas, rojas y escamosas.
Tipos de psoriasis
Hay varios tipos distintos, cada uno con características únicas:
- Psoriasis en placas: La forma más común, que causa placas (placas) elevadas y escamosas en la piel.
- Psoriasis guttata: A menudo desencadenada por una infección bacteriana, se presenta como pequeñas lesiones en forma de gotas.
- Psoriasis inversa: Afecta los pliegues de la piel (axilas, ingles), presentándose lisa y enrojecida.
- Psoriasis pustulosa: Se caracteriza por ampollas llenas de pus, a menudo graves y generalizadas.
- Psoriasis eritrodérmica: Una forma rara y grave que cubre la mayor parte del cuerpo con piel enrojecida e inflamada.
Síntomas y diagnóstico
Los primeros signos incluyen manchas rojas que pican y cubiertas de escamas plateadas. La afección puede variar en gravedad, desde una leve molestia hasta un dolor debilitante y desfiguración. El diagnóstico generalmente implica un examen físico, una biopsia de piel o una revisión de los antecedentes familiares.
Opciones de tratamiento
El tratamiento de la psoriasis tiene como objetivo controlar los síntomas y retardar el crecimiento de las células de la piel. Las opciones incluyen:
- Cremas y ungüentos tópicos: Corticosteroides, análogos de la vitamina D, retinoides.
- Fototerapia: Exposición a luz ultravioleta (UV).
- Medicamentos sistémicos: Medicamentos orales o inyectables que inhiben el sistema inmunológico.
- Productos biológicos: Terapias dirigidas que bloquean vías inmunitarias específicas.
Psoriasis y complicaciones de salud
Más allá de los problemas de la piel, la psoriasis está relacionada con un mayor riesgo de:
- Artritis: La artritis psoriásica causa dolor y rigidez en las articulaciones.
- Enfermedad cardiovascular: La psoriasis puede acelerar la acumulación de placa en las arterias.
- Depresión y ansiedad: Las afecciones crónicas de la piel afectan la salud mental.
- Síndrome metabólico: Mayor riesgo de obesidad, diabetes y enfermedades cardíacas.
Psoriasis en poblaciones diversas
Los síntomas pueden presentarse de manera diferente según el tono de piel. En pieles de raza negra, la psoriasis puede aparecer más oscura o violácea, con menos descamación. El diagnóstico temprano es crucial, ya que un tratamiento tardío puede empeorar los síntomas.
Manejo de brotes y prevención
Los desencadenantes incluyen estrés, lesiones, infecciones y ciertos medicamentos. Manejar los brotes implica identificar los desencadenantes, hidratarse regularmente y seguir planes de tratamiento. La prevención se centra en evitar irritantes, mantener un estilo de vida saludable y minimizar el estrés.
La psoriasis es una afección que dura toda la vida, pero un tratamiento eficaz puede mejorar la calidad de vida. El diagnóstico temprano, el tratamiento personalizado y la atención continua son esenciales para controlar los síntomas y prevenir complicaciones.
