Casi el 80% de los 23,5 millones de estadounidenses que viven con trastornos autoinmunes son mujeres. Esto no es una coincidencia. Si bien el aumento del estrés y la exposición a toxinas contribuyen a la creciente prevalencia de estas afecciones, la disparidad de género es una cuestión clave en la salud moderna. Esto es lo que dicen los principales expertos sobre por qué las mujeres son mucho más susceptibles y qué medidas se pueden tomar para reducir el riesgo.
¿Qué son las enfermedades autoinmunes?
Las enfermedades autoinmunes ocurren cuando el sistema inmunológico ataca por error los propios tejidos del cuerpo. Hay más de 80 tipos, incluida la diabetes tipo 1, la artritis, la esclerosis múltiple (EM) y la enfermedad de Graves. Los síntomas suelen ser amplios: fatiga, dolor en las articulaciones, problemas digestivos, problemas de la piel e inflamación de los ganglios. La dificultad en el diagnóstico surge porque estos síntomas se superponen con muchas otras afecciones, lo que a menudo lleva a un reconocimiento tardío.
“No existe una sola prueba que indique qué enfermedad autoinmune tiene”, explica la Dra. Seema Bonney, especialista en medicina regenerativa certificada. Esto significa que el diagnóstico se basa en una combinación de síntomas, marcadores sanguíneos y, a veces, biopsias de tejido. Las mujeres enfrentan especialmente retrasos en el diagnóstico porque síntomas como la fatiga y los problemas digestivos a menudo se descartan como consecuencias normales de la vida moderna. Esto puede significar que muchas más mujeres padecen enfermedades autoinmunes no diagnosticadas de lo que sugieren las estadísticas actuales.
Los factores clave detrás de la disparidad
Los expertos han identificado varias razones potenciales para el desequilibrio de género:
Cromosomas: Las mujeres tienen dos cromosomas X (XX) en comparación con los hombres (XY). El cromosoma X contiene genes relacionados con trastornos autoinmunes. Una investigación reciente de Stanford Medicine destaca el papel de una molécula llamada Xist, que es producida por el cromosoma X y puede desencadenar la producción de anticuerpos contra los propios tejidos del cuerpo. Como los hombres sólo tienen un cromosoma X, no producen Xist de la misma manera.
Hormonas: El estrógeno, que aumenta durante la pubertad, el embarazo y mediante terapias hormonales, puede promover la inflamación. Los estudios sugieren vínculos entre los anticonceptivos orales, la TRH y un mayor riesgo de enfermedades autoinmunes como la EM, el lupus y la artritis reumatoide. Sin embargo, se trata de datos correlacionales, no de una prueba definitiva de causalidad.
Respuesta inmune: Las mujeres generalmente tienen un sistema inmunológico más reactivo que los hombres, lo que les ayuda a combatir las infecciones de manera efectiva. Pero esta mayor reactividad también puede conducir a respuestas hiperinmunes que desencadenan trastornos autoinmunes.
Estrés crónico: Si bien ambos géneros experimentan estrés, las mujeres reportan niveles promedio de estrés más altos que los hombres. Las investigaciones sugieren que las diferencias hormonales, como el efecto amortiguador de la testosterona, pueden influir. Las presiones sociales también contribuyen, ya que las mujeres a menudo enfrentan factores estresantes únicos en su vida personal y profesional.
Genética: Las enfermedades autoinmunes pueden ser hereditarias, especialmente afecciones como el lupus y la EM. Tener un trastorno autoinmune también aumenta el riesgo de desarrollar otro.
¿Qué se puede hacer?
No existe una forma infalible de prevenir las enfermedades autoinmunes, pero las mujeres pueden tomar medidas para reducir su riesgo y mejorar el bienestar general:
- Dieta equilibrada: Consuma una variedad de proteínas, frutas y verduras para asegurar una ingesta adecuada de micronutrientes.
- Vitamina D: Asegúrese de tener niveles suficientes de vitamina D, ya que las deficiencias se han relacionado con un mayor riesgo autoinmune.
- Haga ejercicio con prudencia: Elija ejercicios que no estresen excesivamente el cuerpo. Equilibra el entrenamiento de alta intensidad con opciones más suaves como el yoga y el cardio de baja intensidad.
- Prioriza el sueño: Mantén un horario de sueño regular para minimizar la liberación de cortisol y el estrés.
- Manejo del estrés: Desarrolle técnicas efectivas para aliviar el estrés, como meditación, llevar un diario o terapia.
- Revisiones periódicas: Defiéndete si experimentas síntomas inexplicables. No descartes la fatiga, el dolor o los problemas digestivos.
El futuro de la investigación autoinmune
Si bien los conocimientos han avanzado, aún queda mucho por saber. Se necesita más financiación para el diagnóstico, el tratamiento y la comprensión de los factores genéticos y ambientales implicados.
“Asignar más fondos a la investigación de enfermedades autoinmunes es crucial; necesitamos avances en biomarcadores, prevención y educación”, dice el Dr. Poonam Desai.
Las enfermedades autoinmunes son complejas y multifacéticas. Si bien sigue siendo difícil encontrar una cura, las elecciones proactivas de estilo de vida y la investigación continua pueden ayudar a mitigar el riesgo y mejorar la calidad de vida de los afectados.
