Las principales organizaciones médicas están criticando duramente a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) por actualizar su guía en línea para sugerir un vínculo potencial entre las vacunas y el autismo, a pesar de décadas de evidencia científica que no demuestra tal conexión. El texto revisado, que afirma que “las vacunas no causan autismo no es una afirmación basada en evidencia”, ha sido descrito como refutado, engañoso y potencialmente perjudicial para la salud pública.
El cambio de los CDC: ¿Qué cambió?
La nueva página web de la agencia afirma que los estudios que respaldan un vínculo entre las vacunas y el autismo han sido “ignorados por las autoridades sanitarias” y hace referencia a una revisión de Servicios Humanos y de Salud que explora “mecanismos biológicos plausibles”. Esto contradice el consenso científico de larga data, respaldado por estudios rigurosos que involucran a millones de niños en todo el mundo, que demuestran consistentemente que no hay asociación entre las vacunas y el autismo.
Por qué los expertos están desafiando a los CDC
Esta actualización es especialmente preocupante dado el éxito comprobado de los esfuerzos globales de inmunización. La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que las vacunas han evitado aproximadamente 154 millones de muertes desde 1974, incluidos 146 millones de niños menores de 5 años.
Los grupos médicos, incluida la Academia Estadounidense de Pediatría, la Asociación Médica Estadounidense y la Academia Estadounidense de Neurología, temen que el lenguaje de los CDC alimente la información errónea, erosione la confianza en las directrices de salud pública y potencialmente revierta décadas de progreso contra enfermedades prevenibles. Más de 50 organizaciones médicas han emitido una declaración conjunta condenando la medida de los CDC por promover una idea obsoleta y refutada.
El origen del reclamo desacreditado
El falso vínculo entre las vacunas y el autismo se originó en un estudio fraudulento de 1998 publicado en The Lancet, del que se retractó por completo en 2010 después de que fuera expuesto como poco ético y influenciado por conflictos financieros no revelados. El Consejo Médico General del Reino Unido consideró que la investigación se realizó incorrectamente.
Disminución de las tasas de vacunación y resurgimiento de enfermedades
Incluso antes de la revisión de los CDC, algunas regiones de EE. UU. ya estaban experimentando una disminución en las tasas de vacunación y un resurgimiento de enfermedades prevenibles con vacunas como el sarampión y la polio, que fue eliminada en los EE. UU. en 1979. El nuevo mensaje de los CDC podría exacerbar esta tendencia, amenazando la salud pública.
Lo que los padres necesitan saber
Los expertos instan a las familias a confiar en los calendarios de vacunación establecidos y consultar a pediatras, médicos de atención primaria y departamentos de salud locales para obtener información precisa. La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) enfatiza que las vacunas se han estudiado con más rigor que casi cualquier otra causa potencial de autismo y que la evidencia es clara: las vacunas no causan autismo.
Reconstruir la confianza pública
La decisión de los CDC corre el riesgo de erosionar aún más la confianza del público en las agencias de salud pública, particularmente entre comunidades con experiencias históricas de maltrato médico. Los expertos enfatizan que escuchar las preocupaciones de las familias y al mismo tiempo brindar explicaciones transparentes y basadas en evidencia es crucial para reconstruir la confianza.
Las acciones de los CDC tendrán un impacto significativo en la forma en que respondan los médicos, los funcionarios de salud pública, los padres y los grupos de defensa. Por ahora, las familias deben seguir consultando fuentes médicas confiables para obtener orientación basada en evidencia sobre las vacunas infantiles de rutina.






























