A menudo se presenta el estrés como el enemigo, algo que debe evitarse a toda costa. Pero, ¿qué pasaría si te dijéramos que existe un tipo de estrés que en realidad puede ser beneficioso? Introduzca el eustrés, también conocido como “estrés positivo”, que puede darle energía, agudizar su concentración e incluso contribuir al crecimiento personal.
A diferencia de su contraparte dañina, la angustia, el eustrés surge de desafíos que parecen significativos y alcanzables. Piense en la energía concentrada que experimenta antes de una gran presentación o en la emoción de comenzar un nuevo proyecto. Estas situaciones desencadenan la respuesta natural al estrés de su cuerpo (aumento de la frecuencia cardíaca, liberación de cortisol y mayor estado de alerta), pero en lugar de debilitarlo, estos cambios fisiológicos se convierten en combustible para el rendimiento.
Si bien el eustrés puede parecer una paradoja, resalta cómo nuestra percepción da forma a nuestra experiencia. Cuando vemos los desafíos como oportunidades en lugar de amenazas, las mismas sensaciones físicas que inducen ansiedad en situaciones de angustia se convierten en motivadores. Esto no significa que debamos aceptar el estrés imprudentemente. Así como demasiado ejercicio puede provocar lesiones, el eustrés excesivo eventualmente cruza la línea del malestar, caracterizado por preocupación persistente, agotamiento y deterioro de la función.
Cómo aprovechar el Eustress para su beneficio
La buena noticia es que comprender la dinámica del eustrés le permitirá cultivar sus efectos positivos y minimizar sus posibles desventajas. He aquí cómo:
- Replantee su lenguaje: Cambie su diálogo interno de “No puedo manejar esto” a “Esto es un desafío, pero estoy listo”. Este simple cambio altera la respuesta de su cerebro, transformando el estrés en un catalizador para la acción.
- Encuentre el punto ideal: Reconozca que cada persona tiene un nivel de tolerancia único al estrés. Experimente con actividades o estrategias, como caminatas breves, meditación o escuchar música alegre, para ajustar sus niveles de estrés y mantenerse en la zona óptima de productividad.
- Aproveche los microdescansos: Los descansos breves y regulares a lo largo del día pueden combatir la fatiga mental y evitar que el eustrés se convierta en angustia. Aléjate de la pantalla, estírate o simplemente respira profundamente unas cuantas veces.
- Crea rituales: Crea rutinas previas al estrés para indicarle a tu mente y cuerpo que es hora de concentrarse. Una afirmación tranquilizadora antes de una presentación o un ejercicio de visualización rápido pueden ayudarle a canalizar los nervios en energía controlada.
- Planifique para el éxito: Divida las tareas desalentadoras en pasos más pequeños y manejables con plazos claros. Tener una hoja de ruta implementada reduce la sobrecarga y le permite celebrar victorias incrementales, aumentando su sensación de logro a lo largo del camino.
- Prioriza el sueño: Dormir lo suficiente es esencial para procesar las hormonas del estrés y restaurar la claridad mental. Trate de dormir entre 7 y 9 horas por noche y establezca una rutina relajante antes de acostarse para garantizar un descanso de calidad.
- Alinearse con los valores: Elija factores estresantes que se alineen con sus objetivos y pasiones personales. Cuando los desafíos resuenan con lo que realmente te importa, se vuelven más satisfactorios y es menos probable que te lleven al agotamiento.
Al reconocer el poder del euestrés e implementar estas estrategias, puede transformar las presiones cotidianas en peldaños para el crecimiento, la resiliencia y el bienestar general.
