El trastorno depresivo mayor (TDM) no es sólo un desafío de salud mental; También es financiero. Los costos directos e indirectos de vivir con depresión se acumulan rápidamente, lo que afecta no solo los gastos de tratamiento sino también la productividad en el lugar de trabajo y el funcionamiento diario. Comprender estas cargas financieras es el primer paso para gestionarlas de forma eficaz.
Los costos reales de la depresión
En 2018, el coste total del tratamiento de la depresión en Estados Unidos superó los 320.000 millones de dólares. Sin embargo, sólo alrededor de un tercio de esa cifra representa costos médicos directos: terapia, medicamentos y estadías hospitalarias. Los dos tercios restantes se deben a costes indirectos, principalmente pérdida de productividad en el trabajo.
Terapia: La psicoterapia puede ser costosa por adelantado, oscilando entre $100 y $200 por sesión. Si bien algunos estudios sugieren que puede ser rentable a largo plazo, el adulto promedio puede asistir de 8 a 28 sesiones. Las investigaciones indican una mejora después de aproximadamente 13 sesiones, pero la efectividad varía.
Medicamentos recetados: Los costos de los antidepresivos han disminuido en los últimos años debido a las opciones genéricas, cayendo de $31.6 mil millones en 2010 a $20.4 mil millones en 2018. Consultar a un proveedor de atención primaria en lugar de un especialista también puede reducir los gastos. Sin embargo, sólo alrededor de la mitad de los que prueban un medicamento de primera línea responden positivamente, lo que podría aumentar los costos si se necesita atención especializada. Los copagos del seguro siguen siendo consistentes con las visitas al médico estándar.
Estadías en hospitales: El tratamiento hospitalario en hospitales psiquiátricos aumenta la carga financiera, dependiendo de la cobertura del seguro, los deducibles y el alcance de la atención requerida.
Impactos financieros ocultos
Los costes más importantes suelen pasar desapercibidos:
- Pérdida de productividad: Aproximadamente el 70% de los costos indirectos provienen del presentismo : estar en el trabajo pero ser improductivo. La depresión afecta el enfoque y la concentración, poniendo en riesgo el desempeño laboral y el avance profesional.
- Responsabilidades desatendidas: La depresión puede hacer que las tareas diarias, como los quehaceres domésticos y el pago de facturas, sean abrumadoras, lo que lleva a la desorganización financiera.
Gestión de la tensión financiera
Vivir con TDM presenta una carga financiera significativa. He aquí cómo mitigarlo:
- Explore los beneficios del seguro: Maximice la cobertura de salud mental que ofrece su plan de seguro.
- Busque tratamiento de bajo costo: Los centros y programas de salud comunitarios ofrecen opciones asequibles.
- Automatizar facturas: Utilice pagos automáticos para mantener la estabilidad financiera.
- Generar apoyo: Reclute a familiares, amigos o grupos de pares para que rindan cuentas y se motiven.
“La depresión tiene costos en pérdida de productividad, días perdidos de trabajo y tal vez sentir que tienes que trabajar el doble para mantener el ritmo”. – Moria Joy Smoski, PhD, Facultad de Medicina de la Universidad de Duke
Para abordar el costo financiero del TDM se requiere una gestión proactiva. Al comprender los costos y utilizar los recursos disponibles, las personas pueden afrontar los desafíos y mantener el bienestar financiero mientras priorizan la salud mental.
