La procrastinación a la hora de dormir está relacionada con una mayor ansiedad, según un estudio

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Muchas personas posponen ir a la cama incluso cuando están cansadas, un hábito que los investigadores ahora vinculan con un empeoramiento de la ansiedad. Un nuevo estudio en el Journal of Clinical Psychology muestra que retrasar constantemente el sueño – conocido como “procrastinación a la hora de acostarse” – no es sólo un estancamiento inofensivo; se correlaciona con un sueño deficiente y mayores problemas de salud mental.

¿Qué es la procrastinación a la hora de dormir?

La procrastinación a la hora de acostarse ocurre cuando las personas posponen intencionalmente ir a dormir, a menudo para aprovechar más tiempo libre. Esto no es lo mismo que el insomnio u otros trastornos del sueño; es un retraso voluntario a pesar de conocer las consecuencias. Como explica el psiquiatra Nishi Bhopal, M.D., a menudo se debe a que se siente con poco tiempo durante el día, lo que hace que esas tranquilas horas de la tarde sean demasiado tentadoras para sacrificarlas.

¿Por qué la gente lo hace?

El estudio, en el que participaron más de 300 participantes de alrededor de 33 años, confirma que las personas que se sienten privadas de tiempo personal o abrumadas por el estrés tienen más probabilidades de posponer la hora de acostarse. La experta en sueño Shelby Harris, PsyD, CBSM, señala que este comportamiento es común entre los padres o cualquier persona que se sienta agotada durante el día y utilice la noche como última oportunidad para actividades personales como mirar televisión en exceso o leer.

Cómo influye la ansiedad

Los investigadores encontraron un vínculo claro entre niveles más altos de ansiedad y una mayor procrastinación a la hora de acostarse. Los participantes ansiosos informaron de una peor calidad del sueño, una duración más corta del sueño y más dificultades para conciliar el sueño. Las razones exactas de esta conexión aún no están claras, pero los datos sugieren una relación cíclica: la ansiedad alimenta la procrastinación, que luego exacerba los problemas de sueño y, a su vez, empeora la ansiedad.

¿Qué puedes hacer al respecto?

Si bien las noches ocasionales son normales, la procrastinación crónica a la hora de acostarse puede ser perjudicial. La clave para romper con este hábito es priorizar el cuidado personal durante el día. Programar un tiempo de inactividad dedicado, gestionar el estrés de forma eficaz y establecer expectativas realistas puede reducir la necesidad de robar el sueño para tener más “tiempo para mí”.

La postergación constante de la hora de acostarse afecta la calidad del sueño y el bienestar mental. Abordar de forma proactiva la gestión del tiempo y los niveles de estrés puede marcar una diferencia significativa.

Abordar este hábito no se trata sólo de dormir; se trata de recuperar el control de tu tiempo y proteger tu salud mental. Futuro te lo agradecerás.